lunes, 25 de mayo de 2009

SEGUNDA SENSACIÓN


Desquiciado y sin ninguna preocupación, creo, vuelo al ras del océano contemplándome en ese inmenso espejo. Llama mi atención la estela que me persigue y los recuerdos que corren por su senda, me alegran, me entristecen, me angustian y me llenan de ganas de colocar mis pies otra vez sobre la tierra, de calzarme mis alpargatas blancas y comenzar a cubrirlas de lodo.

El sol trepa el horizonte, como espiándome... me vigila; envía sus rayos a buscarme, tal vez para rescatarme o solamente para acompañarme. Llegan como pájaros multicolores que se estrellan en esta vasta superficie no recorrida y la embellecen. Ahora entiendo, marcan mi camino, señalan las mil opciones, los mil motivos. El abanico de las chances se abre y las bifurcaciones para mi vida casi abandonada aparecen, entonces la duda me desnuda y me posa sobre este acéano helado. Si, lo se, ahora esta en mí, debo encontrar la fé propia, creer en mis decisiones e intertar caminar como jesucristo o hundirme en el abismo personal.

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